Persépolis, de Marjane Satrapi
Se ha convertido en un gran
clásico de la novela gráfica. Persépolis nos cuenta la revolución islámica
iraní vista desde los ojos de una niña que asiste atónita al cambio profundo
que experimentan su país y su familia, mientras ella debe aprender a llevar el
velo. Intensamente personal y profundamente político, el relato autobiográfico
de Marjane Satrapi examina qué significa crecer en un ambiente de guerra y
represión política.
Contexto
histórico
En 1953 el primer ministro iraní
Mohammad Mosaddeq fue expulsado del poder al intentar nacionalizar los recursos
petrolíferos, en una operación orquestada por británicos y estadounidenses,
imponiendo a un gobernante favorable a los Estados Unidos.
En 1955 se firmó el pacto de
Bagdad. El sah (nuevo gobernante), con el apoyo de los Estados Unidos y
el Reino Unido, emprendió la modernización de la industria del país, y al mismo
tiempo eliminó toda oposición a su régimen con la ayuda de la agencia de
espionaje, la SAVAK. Su principal opositor fue el ayatolá Jomeini, muy
popular entre los círculos religiosos del país. Criticó a los Estados Unidos
por el apoyo dado al régimen autocrático del sah, se exilió en Turquía y más
tarde terminó en París, desde donde prosiguió su crítica al régimen.
El sah se esforzó en modernizar
el país y en desarrollar y consolidar a la burguesía junto con un gran programa
de fomento de la industria. Sin embargo, la corrupción y las desigualdades
sociales aumentaron, lo que unido al malestar de los sectores más religiosos
por su política modernizadora de las costumbres, hizo que la oposición fuera
poco a poco aumentando a lo largo de los años setenta, hasta que se desató la
Revolución.
“(…)
el sha había llegado al poder gracias a un golpe de estado de los americanos en
1953… Ya sabéis, el mismo golpe de estado que destituyó al primer ministro iraní
que nacionalizó nuestro petróleo en 1951. En agradecimiento a los americanos,
el sha les regaló el 60% de la producción de petróleo.”
Revolución islámica
“En
1979 estalló una revolución que más tarde se llamó la revolución islámica.
Después llegó el año 1980, el primer año en el que era obligatorio llevar el velo
en la escuela.”
La revolución dio comienzo en
enero de 1978 con manifestaciones en contra del sah. La revuelta se había
generalizado ya en septiembre de 1978, promovida por el ayatolá Jomeini desde
el exilio. Finalmente, el sah huyó de Irán en enero de 1979.
En este momento, un montón de
personas con ideologías distintas se unieron contra el sah (comunistas,
socialistas, religiosos…). La pobreza del país, las diferencias sociales y la
falta de libertad de expresión de la ciudadanía fueron el motor de las
revueltas.
“La
diferencia entre las clases sociales era muy grande. En un país como éste,
enorme, el tercer productor mundial de petróleo, con sólo 35 millones de
habitantes, no es normal que el 70% sean pobres.”
El 1 de febrero siguiente el
ayatolá regresó a Irán desde su exilio en París e Irán se convirtió en República
Islámica el 1 de abril de ese mismo año, cuando el pueblo aprobó el referéndum
con una elevada mayoría.
“Todos
sabéis que en el 79 hubo una Revolución en Irán. La llamáis islámica. Pero lo
que nunca os han contado es que se trató de una revolución democrática.
Durante
algunos meses los iraníes disfrutaron del derecho de expresarse abiertamente.
Pero a partir de 1980 el gobierno se endureció. Se encarcelaron a muchos
antiguos revolucionarios y opositores al régimen del sha. Y, entonces, cuando
estalló la guerra contra Iraq, todo empezó a empeorar más y más. En nombre del
enemigo exterior se exterminaba al enemigo interior. Se ejecutaron a muchos
prisioneros políticos.”
Finalmente los fanáticos
religiosos acapararon el poder, eliminando a los opositores. Personas con las
que se habían manifestado mano a mano contra el sah, pero que ahora suponían
una amenaza para los ideales del nuevo régimen: el odio a occidente y la
importancia de la moral islámica. Por tanto, liberales, comunistas, socialistas,
intelectuales… fueron arrestados y muchos de ellos ejecutados.
“Todas
las escuelas bilingües tendrán que cerrar sus puertas. Son el símbolo del
capitalismo mundial.”
Guerra Irán-Iraq
La guerra entre Irán e Iraq fue
un conflicto bélico que comenzó el 22 de septiembre de 1980 y finalizó el 20 de
agosto de 1988, sin un claro vencedor. Sus orígenes se encuentran en la larga
hostilidad árabe-persa y en las rivalidades regionales; en concreto, Iraq
quería invertir la delimitación de fronteras entre los dos países, establecida
en los Acuerdos de Argel (1975), para conseguir la anexión de la región de
Shatt al-Arab.
Sin embargo, la principal razón
de la guerra fue la creencia del presidente de Iraq, Sadam Huseín, de que la
potencia militar de Irán se había debilitado en gran medida por la Revolución
iraní de 1979, y que el apoyo que conseguiría por parte de Occidente le
permitiría obtener una fácil victoria.
“Esta
horrible guerra duró ocho años y provocó casi un millón de muertos. ¿Cómo ha
podido durar tanto esta guerra? Porque, para mantenerla, se necesitan armas (…)
dicen que fueron los países occidentales los que armaron a ambos partidos, para
mantener la guerra y vender por adelantado misiles y tanques. Hasta he
escuchado a gente que aseguraba que Alemania había vendido armas químicas a
Iraq durante esta famosa guerra… y que después los heridos de Irán eran enviados
a Alemania para que los curasen allí. Si esto fuera cierto significaría que
nosotros fuimos reducidos a cobayas humanas.”
Análisis
de la novela gráfica
Me ha impresionado mucho esta
novela gráfica. Narra la vida de la propia autora en Irán y en Viena, donde
tuvo que emigrar con 14 años para abstraerse de los horrores de la guerra. La
vida a partir de 1980 fue muy complicada para los iraníes. Además de la guerra,
sufrieron la represión de un gobierno extremista religioso. Una vez terminada
la guerra, y aun hoy en día, siguen constreñidos por la moral islámica de los
ayatolás.
El país que se muestra en la
novela se aleja de los estereotipos que tenemos en mente en los países
occidentales. Tienen un gobierno religioso, pero la ciudadanía (al menos, una
parte), no comulga con esas ideas extremistas. La protagonista va a fiestas
clandestinas en la época de la universidad, se acuesta con su novio, toma la
píldora como método anticonceptivo… Intenta llevar una vida lo más normal
posible, quebrantando todas las prohibiciones del gobierno (como no hacer
fiestas, no maquillarse, no bailar…).
También resulta muy dura la vida
de la protagonista en Viena. Aunque alejada de la guerra, nos encontramos a una
niña de 14 años completamente sola, en un país extranjero, obligada a
integrarse en una cultura muy diferente a la suya. La experiencia acaba
haciendo mella en la protagonista, que hubiera necesitado el amor y la cercanía
de sus padres.
¿Cuál será el futuro de Irán? ¿Hasta
cuándo se mantendrán los ayatolás en el poder?
AUTORA:
Marjane Satrapi (Rasht, Irán, 1969)
Es una historietista (guionista y
dibujante), pintora y directora franco-iraní. Era una niña de una familia de
Teherán, de talante progresista, que la mandó a estudiar al Liceo Francés hasta
que fueron suprimidos los colegios bilingües por las autoridades islámicas que
surgieron de la revolución islámica de 1979. Ella y su familia, que
simpatizaban con la revolución antes de que adquiriera carácter islamista,
vivieron con dolor las restricciones de las libertades individuales, la
represión, la imposición del velo femenino y el estallido de la guerra
Irán-Iraq, que el nuevo régimen utilizó para consolidarse.
En 1984, cuando tenía 14 años,
sus padres decidieron enviarla a estudiar al liceo francés de Viena (Austria),
para que pudiera completar su educación laica y para permitirle desarrollarse
en un ambiente menos opresivo que el de su país. Marjane no hablaba alemán,
pero en ese momento era más fácil para un iraní conseguir un pasaporte para
Austria que para Francia. Tras completar los estudios primarios regresó a Irán
para estudiar Bellas Artes, pero poco después decidió marcharse a Francia, y
desde entonces reside en París.
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