Miau, de Benito Pérez Galdós

En 1888, inmediatamente después de “Fortunata y Jacinta” y cuando se halla en el mejor momento de su actividad creadora, publica Galdós “Miau”, novela centrada en la figura de un funcionario cesante.

El protagonista se llama Don Ramón Villaamil, funcionario que ha dedicado toda su vida a la Administración y que, a falta de dos meses para jubilarse y cobrar la prestación pública que le corresponde, se encuentra en una situación de cesantía y no hay manera que conseguir una vacante. Aparece apenas esbozado como personaje secundario en “Fortunata y Jacinta”.

Galdós centra su interés en la ciudad de Madrid, con su actividad política y su mundillo de oficinistas, empleados y funcionarios, de burócratas y pequeños burgueses empeñados en aparentar.

La frivolidad de su mujer y la arrogancia de su yerno, los continuos desaires y burlas recibidos por sus compañeros funcionarios, la frustración y la humillación le llevan a la ruina moral.

El segundo personaje más llamativo es el nieto de Villaamil, Luisito Cadalso, huérfano de madre, que sueña con Dios. A través de sus sueños y alucinaciones Galdós nos presenta un Dios que nada puede hacer contra la forma de actuar de los hombres.

Un perfecto ejemplo de novela realista. Como decía el propio autor: “imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea.”


Comentarios

Entradas populares