Un lugar llamado Antaño, de Olga Tokarczuk
La sinopsis califica la novela
como mágica: la historia de un pueblo y sus excéntricos habitantes, que es al
mismo tiempo la historia de un siglo y un país. Nos cuenta que por sus páginas
desfila la historia de todo un siglo –dos guerras mundiales, campos de
concentración…– y varias generaciones de seres humanos. Define la novela como
un cruce entre Cien años de soledad y un cuadro de Chagall. Hay en ella
realismo, magia y realismo mágico.
Antaño es un pueblo mítico
situado en el corazón de Polonia, un microcosmos habitado por personajes
singulares y excéntricos: Genowefa, Espiga, Misia, el Hombre Malo, el señor
Popielski, Michał, el viejo Boski, Izydor, un rabino que regala un extraño
Juego, cosacos invasores, almas en pena que se creen vivas, viejas locas que
entienden a los animales, perros sabios como Pepona, caballos, vacas, ángeles
guardianes e incluso el mismísimo Dios.
La autora define su estilo como
de “novela-constelación”. La única forma de contar “el todo” al lector, creando
un retrato colectivo de la sociedad polaca durante el siglo XX desde una
perspectiva “total”, es hacerlo en fragmentos, que permitan al lector
reconstruirlo.
Esto es lo que nos encontramos en
la novela. Diferentes historias cortas de personajes relacionados entre sí que
nos transmiten sus vivencias, su pensamiento y sus sentimientos relacionados
con su experiencia vital. Personajes de diferentes edades, diferentes
inquietudes, diferentes clases sociales, que han vivido y sufrido diversas
experiencias. A esto hay que sumarle una alta dosis de magia y simbolismo.
En mi opinión y al contrario de
lo que nos cuenta la sinopsis, la autora no pone el foco en la historia de
Polonia, sino en la reflexión sobre temas trascendentales. La novela trata
temas como la fe, la guerra, el paso del tiempo, las relaciones familiares, el
sentido de la vida, la creación del mundo, etc. La naturaleza tiene un papel muy
preponderante en la historia, la autora nos describe los paisajes, los olores,
la grandeza del bosque.
La narración se desarrolla en un
pequeño pueblo rural polaco, pero podría haber ocurrido en cualquier otra parte
del mundo, porque lo importante no son los hechos que ocurren sino las
reflexiones, casi filosóficas, que la novela provoca en el lector.
AUTORA:
Olga Tokarczuk (Sulechów, Polonia, 1966)
Una de las mejores y más
celebradas escritoras polacas actuales, ha recibido el Premio Nobel de
Literatura 2018 y ha sido galardonada con premios como el Brueckepreis o el
Nike, el más prestigioso de los que se conceden en su país. Autora de ocho
novelas y tres libros de relatos, sus obras se han editado en cuarenta
territorios, y le han valido el reconocimiento de colegas como Annie Proulx
(«Una escritora del nivel de W. G. Sebald») o Svetlana Alexiévich («Una
escritora magnífica»).
Los errantes ganó el Premio Man Booker Internacional 2018 y fue finalista del National Book Award en la categoría de libros traducidos: «Un hermoso libro sobre la necesidad de traspasar fronteras para saber algo más de nosotros mismos» (Rafael Narbona, El Mundo); «Una novela-constelación» (Marta Rebón, El País); «Libro fascinante, sin género» (Mercedes Monmany, ABC); «Un libro inagotable» (Domingo Rodenas de Moya, El Periódico); «Tal vez estemos ante el mejor libro de viajes jamás escrito» (Antonio Lozano, La Vanguardia); «Un mosaico vibrante de historias» (Pablo Martínez Zarracina, El Correo); «Una gran y gozosa lectura» (Santiago Aizarna, El Diario Vasco).
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